miércoles, 4 de noviembre de 2015

Lesson 57. The civic duty




  Sunny and warm Sunday on the first of November. The news retells us about the Indian Summer. I walk town and run across my friend. She is going to London on Monday to register as a permanent resident in the U.K. and to do the paperwork for voting on the Spanish General Elections. Normally you need to make an appointemt to solve these issues at the Consulate. Nevertheless and just for a few days you are allowed to go there with no previous appointment precisely because of the Elections. We aren't still registered. It isn't easy if you don't live in London. Why don't you join me tomorrow?? Ok dear, thank you for letting me know, I'll go with you!!!

 We set off at 5.30 am (I don't remember to have got up so early ever). To my surprise the A1 is full of cars in their way to work. I simply find it terrible. Near London we even have to stop for  a tailback's sake. After a train journey and a couple of tube rides we finally go out into the open air. The cloudy sky and the fog make such a typical day in London just for a few minutes until we arrive at the front door of the Consulate, still closed, as we are 45 minutes early. A ten of people are queueing on the street. It's so weird to listen to other strangers speaking in my on language... Once we are inside I clearly recognise the Spanish style, I mean, the noise at the waiting room is beyond all bearing, the workers don't use the British dress code (nobody wears black or dark clothes). We do the paperwork in over an hour and then we decide to eat something. We are starving as we didn't have any breakfast (who could have done it at 5 am?). It is our little treat after the effort made: full English breakfast for two, please. The waiter is Argentinian and very attentive. He speaks to us in our common language. At this moment I think with relief "the early bird catches the worm" because it's already done.

  Again the way back is so tedious. At least we both are such a chatty women. A fact which makes more bearable the trip. I am at home in time to pick my son up from school. I'm exhausted but happy in the sensation of duty accomplished. I'd have never thought that the fact of voting could be so rough...

Consulado General de España en Londres

 Domingo cálido y soleado el primero de noviembre. El telediario nos vuelve a contar lo del veranillo del membrillo. Paseo por el centro y me encuentro con mi amiga. Va el lunes a Londres a registrarse como residente permanente en el Reino Unido y para hacer las gestiones para votar en las Elecciones Generales de España. Normalmente necesitas concertar una cita para resolver estos asuntos en el Consulado. Sin embargo y sólo por unos días está permitido ir allí sin cita previa precisamente por las elecciones. Aún no estamos registrados. No es fácil si no vives en Londres. Por qué no te vienes conmigo mañana?? De acuerdo, guapa. Gracias por decírmelo, iré contigo!!!

  Salimos a las 5.30 de la mañana (no recuerdo haber madrugado nunca tanto). Para sorpresa mía la A1 está a tope de coches de camino al trabajo. Lo encuentro sencillamente tremendo. Cerca de Londres incluso tenemos que parar por causa del atasco. Tras un viaje en tren y un par de recorridos en el metro por fin salimos al exterior. El cielo cubierto y la niebla hacen al día tan típicamente londinense solo por unos minutos hasta que llegamos a la puerta principal del Consulado, aún cerrada, puesto que hemos llegado 45 minutos antes de que abran. Una decena de personas están  haciendo cola en la calle. Es tan raro escuchar a extraños hablando en mi propio idioma... Una vez dentro reconozco claramente el estilo español, es decir, el ruido en la sala de espera es insoportable, los trabajadores no utilizan el tipo de ropa que usarían los ingleses (nadie lleva ropa negra u oscura). Hacemos el papeleo en poco más de una hora y entonces decidimos comer algo. Estamos hambrientas ya que no desayunamos nada. (Quién podría haberlo hecho a las 5 de la mañana?). Es nuestro pequeño capricho después del esfuerzo realizado: desayuno inglés para dos, por favor. El camarero es argentino y muy atento. Nos habla en nuestra lengua común. En ese momento pienso con alivio "a quien madruga Dios le ayuda" porque ya está hecho.

  De nuevo el camino de vuelta es tan tedioso. Al menos ambas somos chicas habladoras. Un hecho que hace el viaje más llevadero. Estoy en casa con tiempo para recoger al niño del cole. Estoy agotada pero satisfecha por el deber cumplido.  Nunca habría pensado que el hecho de votar pudiera resultarme tan duro...

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