miércoles, 19 de diciembre de 2018

Lesson 104. The excellence



  “Do you know that Miss Moon is leaving us, Mum?” My son stuck yesterday when I pick him up from school. “No way! how is that? why? when?” I replied. “She has decided to stop teaching. Her last day will be on Thursday”. I was speechless. At first incredulous. At last devastated. So yes, she is leaving us. I have written us instead of them because she has been as valuable for children as for parents. She is such a committed, supportive, approachable, understanding, hardworking, experienced, sensitive and caring teacher. I met her in our first year in England. She was my boy’s first teacher. I remember our first parent evening. We, my husband and I, struggling to communicate good enough in English, doing our best (still poorly) to understand her. Whilst she, full of patience, kept repeating over and over the same ideas. She surely would think what she had done to deserve that. Next school year she was moved to Year 6 and I’ve been praying for her to stay long enough to concur again with our kid. It happened but sadly just for a few months. She is certainly the best teacher he’s had so far. I’m grateful to have come across with her. Thanks to her that little no English speaker was able to talk like a native by the end of that first school year. Besides she has been able to keep him motivated, interested in learning and focused at class. That is a huge challenge with a child that is both physically and mentally in permanent movement. Only for that reason, Miss Moon, I take my hat off.

  I wonder why she wants to do something different from teaching. Perhaps she is exhausted. I’m aware of how fatiguing become to confront a group of children everyday for long hours. How much hard work is behind, at home, preparing, organizing, marking, evaluating and updating to meet the demanding standards of an excellent teaching. Perhaps it is that she’s just following her dream, a new one, an old one. Anyway I’m convinced she will succeed in her venture. I, we....all will miss her a lot and wish her all the very best.

  I know I have written about teachers before. That is how deeply I respect and admire that profession. Teachers, the good ones, are a jewel never sufficiently recognized nor paid. A few names come to mind if I look back to my days as a pupil. Each name, each teacher has left her own print in my soul and in my character. It is therefore I want to pay my humble tribute to the teachers of my life, to the excellent teachers I know and I have known.  They know who they are. THANK YOU, THANK YOU, THANK YOU.


 

  "¿Sabes que Miss Moon se va, mamá?" me espetó mi hijo ayer cuando lo recogí ayer del cole. "¡ No puede ser!, ¿cómo es eso?. ¿por qué?, ¿cuándo?" le repliqué. "Ha decidido dejar la enseñanza. El jueves es su último día". Me quedé sin palabras. Al principio incrédula. Finalmente devastada. De modo que sí, nos deja. He escrito nos deja en vez de les deja porque has sido tan valiosa para los niños como para los padres. Tal es ella una profe comprometida, de gran apoyo, cercana, comprensiva, trabajadora, experimentada, sensible y que se preocupa de los niños. La conocí en nuestro primer año en Inglaterra. Fue la primera profe de mi niño. Recuerdo nuestra primera tutoría. Nosotros, mi marido y yo, tratando de comunicarnos en inglés con cierta holgura, haciendo lo que podíamos (aún así pobremente) para entenderla. Mientras, ella, llena de paciencia seguía repitiendo una y otra vez las mismas ideas. Seguramente debió pensar qué había hecho ella para merecer aquello. Al año siguiente la movieron a sexto y he estado rezando para que siguiera en el cole lo suficiente para coincidir de nuevo con nuestro chaval. Estoy agradecida de habernos cruzado con ella. Gracias a ella aquel pequeño no inglés parlante fue capaz de hablar como un nativo para cuando acabó aquel primer curso. Además ha conseguido mantenerle motivado, interesado en aprender y concentrado en clase. Eso es un enorme reto con un niño que no para quieto ni física ni mentalmente. Sólo por esa razón. Miss Moon, me quito el sombrero.

  Me pregunto por qué quiere dedicarse a otra cosa. Quizá esté agotada. Soy consciente de lo fatigoso que llega a ser enfrentarse a un grupo de niños todos los días durante tantas horas. Cuánto trabajo hay detrás, en casa, preparando, organizando, corrigiendo, evaluando y actualizándose para conseguir las exigentes demandas de una enseñanza excelente. Quizá es que está persiguiendo su sueño, uno nuevo, uno antiguo. En todo caso, estoy convencida que tendrá éxito en lo que emprenda. Yo, nosotros...todos la echaremos muchísimo de menos y le deseamos lo mejor.

  Sé que he escrito sobre los maestros antes. Así es cuán profundamente  respeto y admiro esa profesión. Los maestros, los buenos, son una joya que ni están lo suficientemente reconocidos ni pagados. Unos cuantos nombres se me vienen a la cabeza si miro hacia atrás, a mis días de alumna. Cada nombre, cada profe ha dejado su propia huella en mi alma y en mi forma de ser. Es por ello que me gustaría rendir un humilde homenaje a los maestros de mi vida, a los excelentes maestros que conozco y he conocido. Ellos saben quienes son. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

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