Leaving aside the fact that a new year has just started and with it the usual resolutions, goals and renewed enthusiasm (or not) for reaching whatever each one puts his mind to; January itself is possibly the hardest month of the year for many reasons: some have put more weight than they'd had wanted, some feel the cold so inside that there's no human way to get rid of it, some can't stand the lack of light of these Winter days, some get crazy with the children shut in home because the weather is stubbornly miserable, others miss desperately the sun or simply can't afford the normal expenses after the excessive financial outlay of December. It is a long long month.
Regarding myself it's time to spend most of my workdays afternoons and evenings at home doing simple but pleasant things. Of course I'd rather going out as I'm a street animal if you like but I made sure to recharge my batteries during my recent holiday in Spain to face our particular hibernation in a good mood. Besides it might snow soon and the white flakes dropping from the sky is worthy of gazing. We are planning some walks by the countryside or little one day journeys (weather permitting) at the weekends. We need a bookcase and a coffee table so I'm afraid there will be a visit to the Sweden store soon (which I certainly hate) unless we spot something interesting on line (sometimes second hand items webs may puzzle you nicely). A couple of events or meetings with friends and before we notice mid February with its amazing school break again (God takes us under His wings) will have arrived already.
What the routine's got good is that it actually makes you appreciate more the festive days and some of us start planning next holiday straightaway, especially when you have to get tickets for flying in a few weeks. Undoubtably since I live here my life is more planned. I've learnt to do it. Needs must when the devil drives.
Dejando de lado el hecho de que un nuevo año acaba de comenzar y con él los habituales propósitos, objetivos y renovado entusiasmo (o no) por alcanzar lo que quiera que cada uno se haya propuesto; enero en sí mismo es uno de los meses más duros del año por muchas razones: algunos habrán puesto más peso del que les habría gustado, algunos sienten el frío tan adentro que no hay forma humana de deshacerse de él, algunos no pueden soportar la falta de luz de estos días de invierno, algunos se vuelven locos con los niños encerrados en casa ya que el tiempo es obstinadamente desagradable, otros echan desesperadamente de menos el sol o simplemente no pueden afrontar los gastos normales tras los excesivos desembolsos de diciembre. Es un mes muy muy largo.
Con respecto a mí es tiempo de pasar la mayoría de las tardes los días de diario en casa haciendo cosas sencillas pero placenteras. Por supuesto preferiría salir ya que soy un animal de calle si queréis pero me aseguré de recargar pilas durante mis recientes vacaciones en España para encarar nuestra particular hibernación de buen humor. Además podría nevar pronto y merece la pena contemplar los copos blancos cayendo del cielo. Estamos planeando algún paseo por el campo o pequeños viajes de un sólo día (si el tiempo lo permite) para los fines de semana. Necesitamos una estantería y una mesa de centro por lo que me temo que pronto habrá una visita al almacén sueco (lo cual ciertamente odio) a no ser que cacemos algo interesante on line (a veces las páginas web de objetos de segunda mano pueden sorprenderte gratamente). Un par de eventos o reuniones con amigos y antes que nos demos cuenta ya habrá llegado mediados de febrero con su fantásticas vacaciones escolares de nuevo (que Dios nos proteja).
Lo que tiene de bueno la rutina es que en realidad te hace apreciar más los días festivos y algunos de nosotros empezamos directame a planear las siguientes vacaciones, especialmente cuando tienes que conseguir billetes para volar en unas cuantas semanas. Indudablemente desde que vivo aquí mi vida está más planificada. He aprendido a hacerlo. No hay más remedio.
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