This learning issue reminds me of a conversation we had at ESOL class some weeks ago. Some of the girls wished to be able to learn the way our children do it, with their blank brain eager to be filled with all sort of new stuff, from Maths to cricket rules (what a nightmare by the way...). Unfortunately that's not the case: our adult brain isn't as flexible and tender as our children's but the opposite. Then I look barely three years back and I'm aware of my achievements particularly in my English skills. Although I certainly didn't start from scratch the scene is completely different today. What makes me happiest is possibly to go to Waterstones, that wonderful and cosy bookshop on Bridge st. in Peterborough, and picking any book of my interest not taking into account whether its English will be at a reasonable level to me. I obviously don't understand perfectly everything I read but mostly yes and the more I read the quicker I am, the wider my understanding, the longer my personal satisfaction.
I was recommended a successful novel written by an optimistic English in Andalusia....I couldn't remember the tittle but I was sure the lovely lady at Waterstones would help me "I'm sorry, I was looking for a book but I'm unable to remember its tittle....something like living under lemons...?" She asked me what was it about and I told her it was an English guy who moves to Spain in the seventies...."it has to be 'Driving over lemons', by Chris Stewart". Do you see why I adore that bookshop so much??. There was just fifteen minutes left before the closing time and we got my "Driving over lemons", "The Mousehole Cat" (a beautiful tale for my son) and a couple of short stories books for my husband. I've already started my book and having a lot of fun because it tells the story of the new and challenging life of an optimistic in a foreign country and that's so familiar to me that one might be tempted to try and write about the life of another optimistic who drives not over lemons but over puddles (!!!).
"Prosídier....prosíííííídier....prosssíííííídier...." mi cari no deja de decirlo en voz alta. Entonces miro mi reloj y me doy cuenta que es la hora de la pronunciación (de hecho, casi hora de cenar). Es un tauro obstinado. Me pregunto cuánto tiempo y dinero habrá gastado en aprender/mejorar inglés en su vida (y puedo aseguraros que ya no es ningún chaval). Aún está peleando y hablamos de ello casi a diario pero no se rendirá a pesar de las constantes humillaciones por parte de su propio hijo o las caras de pitorreo de sus compañeros de trabajo cada vez que él habla. Tiene una teoría: una persona madura tiene una capacidad limitada para aprender y retener nueva información en su desgastado cerebro. Por ese motivo a cierta edad no puedes almacenar nada nuevo en tu cabeza a no ser que liberes otra cosa a cambio. Y añade "mi problema es que necesito quedármelo todo, no me puedo deshacer de nada". No estoy segura al cien por cien de ello pero estoy completamente de acuerdo con él en que cuanto mayor eres más difícil es aprender lo que sea.
Este asunto del aprendizaje me recuerda una conversación que tuvimos en la clase de ESOL hace algunas semanas. Algunas de las chicas deseaban poder aprender del modo que lo hacen, con sus cerebros en blanco ansiosos por llenarse de nuevas cosas, desde mates hasta las reglas del críquet ( qué pesadilla, por cierto). Por desgracia ese no es el caso: nuestro cerebro adulto no es tan flexible y tierno como el de nuestros niños sino todo lo contrario. Entonces miro apenas tres años atrás y soy consciente de mis logros, particularmente en mis habilidades con el inglés. Aunque ciertamente no empecé desde cero, el panorama es completamente distinto hoy. Lo que más feliz me hace posiblemente sea poder ir a Waterstones, esa maravillosa y acogedora librería en Bridge st. en Peterborough y elegir cualquier libro de mi interés sin tener en cuenta si su inglés estará a un nivel razonable para mí. Obviamente no entiendo todo lo que leo a la perfección pero sí la mayoría y cuanto más leo más rápida soy, más amplio mi entendimiento y mayor mi satisfacción personal.
Me recomendaron una exitosa novela escrita por un inglés optimista en Andalucía...no podía recordar el título pero estaba segura que la encantadora señora de Waterstones me ayudaría "disculpe, estaba buscando un libro pero no soy capaz de recordar su título....algo como viviendo bajo limones...?" Me preguntó de qué iba y le dije que era de un chico inglés que se muda a España en los años setenta..."tiene que ser 'conduciendo sobre limoes' de Chris Stewart ('Entre limones' en la traducción española). Veis por qué adoro tanto esa librería?? Quedaban quince minutos para cerrar y nos llevamos mi "Entre limones", "El gato de Mousehole" (un cuento precioso para mi hijo) y un par de libros de relatos cortos para mi marido. Ya he empezado mi libro y me lo estoy pasando divino porque cuenta la historia de la nueva vida y llena de retos de un optimista en un país extranjero y eso me resulta tan familiar que una podría estar tentada de intentar escribir sobre la vida de otra optimista que conduce no sobre limones sino sobre charcos (!!!).
I was recommended a successful novel written by an optimistic English in Andalusia....I couldn't remember the tittle but I was sure the lovely lady at Waterstones would help me "I'm sorry, I was looking for a book but I'm unable to remember its tittle....something like living under lemons...?" She asked me what was it about and I told her it was an English guy who moves to Spain in the seventies...."it has to be 'Driving over lemons', by Chris Stewart". Do you see why I adore that bookshop so much??. There was just fifteen minutes left before the closing time and we got my "Driving over lemons", "The Mousehole Cat" (a beautiful tale for my son) and a couple of short stories books for my husband. I've already started my book and having a lot of fun because it tells the story of the new and challenging life of an optimistic in a foreign country and that's so familiar to me that one might be tempted to try and write about the life of another optimistic who drives not over lemons but over puddles (!!!).
"Prosídier....prosíííííídier....prosssíííííídier...." mi cari no deja de decirlo en voz alta. Entonces miro mi reloj y me doy cuenta que es la hora de la pronunciación (de hecho, casi hora de cenar). Es un tauro obstinado. Me pregunto cuánto tiempo y dinero habrá gastado en aprender/mejorar inglés en su vida (y puedo aseguraros que ya no es ningún chaval). Aún está peleando y hablamos de ello casi a diario pero no se rendirá a pesar de las constantes humillaciones por parte de su propio hijo o las caras de pitorreo de sus compañeros de trabajo cada vez que él habla. Tiene una teoría: una persona madura tiene una capacidad limitada para aprender y retener nueva información en su desgastado cerebro. Por ese motivo a cierta edad no puedes almacenar nada nuevo en tu cabeza a no ser que liberes otra cosa a cambio. Y añade "mi problema es que necesito quedármelo todo, no me puedo deshacer de nada". No estoy segura al cien por cien de ello pero estoy completamente de acuerdo con él en que cuanto mayor eres más difícil es aprender lo que sea.
Este asunto del aprendizaje me recuerda una conversación que tuvimos en la clase de ESOL hace algunas semanas. Algunas de las chicas deseaban poder aprender del modo que lo hacen, con sus cerebros en blanco ansiosos por llenarse de nuevas cosas, desde mates hasta las reglas del críquet ( qué pesadilla, por cierto). Por desgracia ese no es el caso: nuestro cerebro adulto no es tan flexible y tierno como el de nuestros niños sino todo lo contrario. Entonces miro apenas tres años atrás y soy consciente de mis logros, particularmente en mis habilidades con el inglés. Aunque ciertamente no empecé desde cero, el panorama es completamente distinto hoy. Lo que más feliz me hace posiblemente sea poder ir a Waterstones, esa maravillosa y acogedora librería en Bridge st. en Peterborough y elegir cualquier libro de mi interés sin tener en cuenta si su inglés estará a un nivel razonable para mí. Obviamente no entiendo todo lo que leo a la perfección pero sí la mayoría y cuanto más leo más rápida soy, más amplio mi entendimiento y mayor mi satisfacción personal.
Me recomendaron una exitosa novela escrita por un inglés optimista en Andalucía...no podía recordar el título pero estaba segura que la encantadora señora de Waterstones me ayudaría "disculpe, estaba buscando un libro pero no soy capaz de recordar su título....algo como viviendo bajo limones...?" Me preguntó de qué iba y le dije que era de un chico inglés que se muda a España en los años setenta..."tiene que ser 'conduciendo sobre limoes' de Chris Stewart ('Entre limones' en la traducción española). Veis por qué adoro tanto esa librería?? Quedaban quince minutos para cerrar y nos llevamos mi "Entre limones", "El gato de Mousehole" (un cuento precioso para mi hijo) y un par de libros de relatos cortos para mi marido. Ya he empezado mi libro y me lo estoy pasando divino porque cuenta la historia de la nueva vida y llena de retos de un optimista en un país extranjero y eso me resulta tan familiar que una podría estar tentada de intentar escribir sobre la vida de otra optimista que conduce no sobre limones sino sobre charcos (!!!).
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