" In Flanders fields the poppies blow "En los campos de Flanders las amapolas resoplan
Between the crosses, row on row, Entre las cruces, fila a fila,
That mark our place; and in the sky. Que marcan nuestro lugar; y en el cielo.
The larks, still bravely singing, fly. Las alondras, aún cantando valientemente, vuelan.
Scarce heard amid the guns below. Apenas se oyen abajo entre los cañones.
We are the Dead. Short days ago. Somos la Muerte. Hace pocos días.
We lived, felt dawn, saw sunset glow, Vivimos, caímos, vimos resplandecer el ocaso,
Loved and were loved, and now we lie. Amamos y fuimos amados, y ahora yacemos.
In Flanders fields. En los campos de Flanders.
Take up our quarrel with the foe: Recoge nuestra disputa con la niebla:
To you from failing hands we throw. Te lanzamos desde las endebles manos.
The torch; be yours to hold it high. La antorcha; sea tuya para sostenerla en alto.
If ye break faith with us who die. Si traicionáis la confianza de los que perecen.
We shall not sleep, though poppies grow. No dormiremos, aunque crezcan amapolas,
In Flanders fields." En los campos de Flanders."
On 11th November 1918 the World War I was oficially ended. The poem above, written by a Canadian military official, has become a symbol for the Commonwealth Countries which, full of feeling, remember their soldiers fallen in action every year on that very date though now the ceremony alzo includes all those who died in later conflict wars. The poppy, originally natural, that the vast majority of citizens sport on their jacket lapels, represents the soldiers blood spilled on the battle fields and it's a symbol of respect and recognition of them.
Although the Remembrance Day (or Poppy Day) is 11th/11, the memory acts follow one another along the whole month. The previous Sunday there was an event to pay deserve tribute to those who lost their life at any war. A group of people disposed a big poppy wreath on the memorial wall placed at the bottom of an old disused hospital. The crowd, gathered around it in dead silence, watched attentively the ceremony. The Union Jack flag waving in the air. In the end everybody sang "God save the Queen", the national anthem.
On Wednesday morning I pop in town, to do some shopping and to return a couple of books to the Library. I took my shopping trolley, as a granny. I spot one of the Library assistant holding the opened front door....I innocently wondered if she might be gently waiting for me. Bless her. And all of a sudden I felt it in my bones: it was 11 o'clock. 11/11 at 11. The lady pointed the finger to a placard. "On Wednesday 11th November at 11 am we'll keep silent for two minutes in respectful memory for Remembrance Day. Thank you." I was petrified as a marbled statue. She politely whispered to me to come in quickly. The people inside, both customers and employees had stopped doing whatever they were doing. Again the same deathly silence I experienced on Sunday. The same respect. The same brotherhood.
In a few days the poppy will be back to a drawer but the pride of being British and the thinking and recognition of their dead shall remain and they'll make them wear again the delicate flower next November.
El 11 de noviembre de 1918 terminó oficialmente la Primera Guerra Mundial. El poema anterior, escrito por un oficial canadiense, se ha convertido en un símbolo para los países de la Commonwealth los cuales, llenos de sentimiento, recuerdan a sus soldados caídos en combate cada año en esa misma fecha aunque ahora la ceremonia también incluye a todos los que murieron en posteriores conflictos bélicos. La amapola, inicialmente natural, que la inmensa mayoría de ciudadanos lucen en las solapas de sus chaquetas, representa la sangre de los soldados derramada en los campos de batalla y es un símbolo de respeto y reconocimiento a ellos.
Aunque el Día de la Rememoración (o día de la amapola) es el 11/11, los actos conmemorativos se suceden a lo largo de todo el mes. El domingo anterior hubo un evento para rendir homenaje a aquellos que perdieron la vida en cualquier guerra. Un grupo de personas colocaron una gran corona de amapolas en la pared del monumento conmemorativo ubicado en la parte baja de un antiguo hospital en desuso. La multitud reunida en torno a él en silencio absoluto, observaba atentamente la ceremonia. La bandera de la Unión ondeando. Finalmente cantaron "Dios salve a la Reina", el himno nacional.
El miércoles por la mañana me acerqué al centro, para hacer algunas compras y devolver un par de libros a la biblioteca. Llevaba mi carrito de la compra, como una abuela. Ví a una de las empleadas de la biblioteca sujetando abierta la puerta principal....Me preguntaba inocentemente si podría estar esperando que yo entrara. Bendita sea. Y de repente lo presentí: eran las 11 en punto. 11/11 a las 11. La señora señaló con el dedo un cartel. "El miércoles 11 de Noviembre a las 11 de la mañana guardaremos dos minutos de silencio en respetuoso homenaje por el Día de la Rememoración. Gracias." Estaba petrificada como una estatua de mármol. Respetuosamente me susurró que entrara rápidamente. La gente dentro, clientes y empleados habían dejado de hacer lo que fuese que estuvieran haciendo. De nuevo el mismo silencio sepulcral que experimenté el domingo. El mismo respeto. La misma hermandad.
En pocos días la amapola volverá a algún cajón pero el orgullo de ser británicos y el pensamiento y reconocimiento a sus muertos permanecerá y les hará llevar de nuevo la delicada flor el siguiente noviembre.
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